Como consecuencia de un bajo nivel de innovación e inversión tecnológica, son muchas las empresas dentro del sector textil hoy en día, como fabricantes y distribuidores de telas, ropa o calzado que han visto reducidas en los últimos años sus ventas. Mayor competitividad, mayores costes y presión en precio, junto a la imposibilidad en muchos casos de aprovechar el crecimiento internacional han llevado a muchas de ellas incluso al cierre del negocio. En este entorno la tecnología se convierte en una herramienta fundamental para afrontar los retos actuales y conseguir una ventaja competitiva sostenible.